N° 126 - La Ceniza

El Maestro Santiago tiene una hermosa Enseñanza en el Curso “El Camino de la Renuncia” que explica claramente el tema de la mística de Holocausto: “La Mística de la Ceniza de San Pablo de la Cruz”. Transcribimos unos párrafos  fundamentales. “Lo más maravilloso y sorprendente de la vida de San Pablo de la Cruz es su extraordinario espíritu de Renuncia, de absoluto desprendimiento de todas las cosas de este mundo, tan grande que instituye en el mundo cristiano una congregación totalmente dedicada a lograr esa muerte mística, tan parecida a la muerte mística de las almas ofrendadas en holocausto para la redención de la Humanidad”.

Oraba un día el joven Pablo en una humilde habitación de su casa cuando en las luces del crepúsculo se le aparece una señora toda vestida de negro, con un velo de luto en la cabeza. Era de aspecto dulce y agradable y vertía abundantes lágrimas. Quedó admirado Pablo frente a esa maravillosa visión y escapó al lado de esa señora que no era sino la Divina Madre, la Madre de todos los dolores y penas. Pablo oyó estas palabras: “Pablo, quiero que siempre lleves el luto por la muerte de mi Hijo Jesús. Quiero que siempre estés de duelo por los dolores del Hijo del hombre que han sido completamente olvidados por los hombres. Quiero que no sólo internamente sino externamente lleves ese luto y ese duelo en tus vestiduras, en tu comportamiento, en tu modo de vivir, en todas tus cosas”.

Tiempo más tarde le vuelve a decir: “No sólo quiero que lleves duelo sino que tú mismo participes del dolor y de la muerte de mi Hijo, que vivas como si estuvieras muerto, crucificado; aún en tu físico te quiero muerto y crucificado. Lleva siempre este signo sobre tu corazón” (Un corazón blanco estampado sobre el negro, sobre montado por una cruz blanca y adentro se ven las iniciales del dolor que simbolizan el dolor de Cristo. Allí, bajo ese nombre están los tres clavos de la cruz de Cristo). Este símbolo lo llevan los monjes en todos los monasterios pasionistas del mundo.

En su larga vida de más de ochenta años en el centro de Italia, junto al Monte Argentaro (Cerro Plateado), San Pablo de la Cruz practicó y enseñó la Muerte Mística de la Ceniza, o Mística de Holocausto, no en libros sino en sus discípulos directamente o por correspondencia, miles de cartas que han llegado hasta nosotros.

Ahora estamos frente a otra ceniza, no de liberación, sino de destrucción: la ceniza radioactiva de Chernobyl, Hiroshima y Nagasaki, los residuos atómicos sumergidos en el mar, las usinas atómicas que producen energía eléctrica, los misiles nucleares listos para ser disparados desde los silos que los guardan y mantienen, o desde submarinos gigantes Delta IV y Poseidón, los cohetes crucero que pueden ser disparados desde un buque mercante, las naciones que se empobrecen buscando el secreto del átomo para fortalecer su “soberanía”. Los que iniciaron este proceso terminaron mal: Einstein se arrepintió, Oppenheimer director de la construcción se arrepintió, el que tiró la primera bomba desde un B 29 se hizo monje trapense buscando un poco de paz, aunque no la consiguió. Los hombres conscientes de la situación mundial están temerosos y advierten el peligro mientras el resto de la masa se divierte como puede tratando de apartar las imágenes del holocausto atómico. Y se divierten como saben hacerlo, convirtiéndose en seres vacíos para no pensar: fútbol, drogas, sexo y pornografía, más dinero, festivales, televisión, inmoralidad. De esa forma sucumben rápidamente, peor que la muerte, porque siguen existiendo transformados en seres sin mente racional y sin esperanza.

No hay forma colectiva para escapar a los designios del destino; tenemos que cambiar de Raza y eso se producirá de cualquier forma, holocausto nuclear, degradación, catástrofes geográficas, guerras, o todos juntos al mismo tiempo. Las bombas nucleares son todas iguales y tienen el mismo propósito, cualquiera sea su procedencia: destruir, aniquilar al enemigo, en Washington, Moscú o Tel Aviv. No hay defensa contra el poder nuclear. Los estrategas han inventado numerosas doctrinas, disuasión, guerra de las Galaxias, rayo láser de gran potencia, etc., sin ningún resultado. Como en Hiroshima, una vez que explotó se expande la muerte por el calor y la radioactividad que producen las cenizas.

Los caminos místicos son muchos y podríamos decir que cada alma es un camino potencial que busca el momento adecuado para manifestarse y empezar su desenvolvimiento. Más tarde o más temprano empezará según el karma que haya generado en sus experiencias terrestres. Los Grandes Iniciados empezaron como hombres al comienzo de la evolución humana y por Renuncia se liberaron. La Mística de la Renuncia ayuda a la redención de la Humanidad. Los místicos practican diversos caminos: Santa Teresita del Niño Jesús y Sai Baba, el amor; San Francisco y el Buda, la pobreza; la disciplina, San Ignacio de Loyola; la caridad, San Vicente de Paúl, San Pablo de Tarso; predicadores fueron Santo Domingo y Savonarola; clarividencia, San Juan de la Cruz, Swedenborg. La mística de Holocausto busca el desprendimiento de todas las cosas. Después de la Ceniza viene la libertad o alegría (En poesía son sinónimos: Oda a la Alegría, de Schiller).

Hay un paralelismo entre la Mística de Holocausto y el holocausto nuclear y para entenderlo hay que estudiar las ideas de las Enseñanzas: la contrariedad analógica, una ética del bien y del mal, reversibilidad, Ired, Renuncia integral. Algunas de las ideas de San Pablo de la Cruz ahora se comprenden perfectamente. “No hay salvación ni hay perfección espiritual si no se lleva una vida apartada y mortificada”. Será muy combatido por eso; no admite que el alma pueda vivir la vida de Dios y la del mundo. “Aún para las almas que viven en el mundo no habrá salvación si no se desprenden de las cosas que parecen buenas y que se pueden utilizar”. Su mística es: sí o no.

Actualmente los millonarios están comprando grandes terrenos en los bosques de la Patagonia para refugiarse cuando las cosas se pongan muy peligrosas en las ciudades del norte. Poco después que los rusos lanzaron los primeros satélites, Norteamérica entró en histeria y empezaron a construir refugios hasta en los jardines de las casas. Luego hicieron un estudio planetario sobre los mejores lugares para protegerse de una guerra nuclear y encontraron dos, uno en los Himalayas, una especie de Shangri La de Horizonte Perdido y el otro en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, desde Catamarca a Chubut, por encima de los mil metros de altura. La Aldea de los Niños donde escribo estas Reflexiones está al pié del Cerro del Plata, en Mendoza, a unos 2000 metros sobre el nivel del mar.

La Mística de la Ceniza que predicaba San Pablo de la Cruz es el desprendimiento interior de todas las ataduras, aún espirituales: devociones, prácticas espirituales que le gustan, consuelos interiores, modos de meditar, y únicamente ha de amoldar su vida a esa renuncia absoluta de todas las cosas. Ha de ser libre externa e internamente para ayudar a la redención humana. ¿Cómo podría ayudar al necesitado el que está sujeto a una posesión, aún por un apego sentimental: El Convento, la hora de la misa, una manera de orar, cuando el necesitado no tiene ninguna, una creencia en un mundo descreído? Los Ordenados de Comunidad de Cafh tenían su recordatorio permanente en la pared de la habitación, sobre la cama, con letras grandes: NO GANAR NADA, NO TENER NADA, NO SER NADA. Con esa vida los místicos de holocausto expandían el Mensaje de la Renuncia buscando en la oscuridad a las almas similares. Dice el Maestro Santiago en un Mensaje “¿Serán tan consecuentes con su misión los Hijos de la Renuncia que impidan la inminente destrucción que precederá a la Era de Sakib? Sólo desterrando del corazón de los hombres el credo de posesión podrán resucitar y vivir”.

La Humanidad ha quedado librada a su propio destino. Los Poderes que la protegían del mal la han abandonado y ahora la Tierra está a merced de las pasiones de los hombres. Hitler atacó unilateralmente a la Unión Soviética y luego Alemania quedó totalmente destruida. En l945 Harry Truman, el único hombre en el mundo que tenía ese poder, ordenó el bombardeo atómico de Japón. Sesenta años después son muchos los países que tiene ese poder de destruir el planeta. Las grandes instituciones que conocen perfectamente la situación del mundo, Naciones Unidas, Religiones de Oriente y Occidente, Universidades, Fuerzas Armadas, no dicen nada, no cambian ni buscan una conciliación equitativa. Fidel Castro, que apenas puede consigo mismo, pidió recientemente a Obama que no empiece la guerra nuclear. Las demás autoridades mundiales callaron y sonrieron.

La Mística de la Ceniza no confronta con la guerra nuclear aunque son contrarias. En la guerra nuclear las naciones luchan entre sí hasta destruirse; en la Mística de Holocausto el ser se desprende del credo de posesión para redención de la Humanidad. Después de la guerra quedarán pocos sobrevivientes en lugares protegidos por los Santos Maestros, sin tecnología, pocos alimentos, sin medicamentos ni relaciones con otros grupos. Dependerán de sus propias fuerzas y de los arquetipos que los Místicos hayan sembrado en el interior de sus almas, aunque ellos lo ignoren. Las Enseñanzas de la Renuncia son semillas que a su tiempo germinarán, y empezarán a brotar iniciando los primeros pasos de la Nueva Raza Americana.

Las Enseñanzas y las Reflexiones no son líricas. Son una expresión de la realidad integral que viven los hombres actuales en una civilización que concluye. Todo lo que vemos es horrible, muy diferente a los ideales de nuestra juventud y la risa de los niños. Las Enseñanzas vibran en una dimensión súper racional que las masas no pueden comprender, pero están dirigidas a las almas similares que por predestinación, están en condiciones de recibirlas. Es un efecto de resonancia; un alma de Renuncia vibra y aquéllas que están en la misma onda empiezan a resonar consecuentemente despertando las fuerzas secretas que estaban dormidas en su interior. Los predestinados están esparcidos en los más alejados rincones de la Tierra. Por un estado de similitud, reciben y emiten el Mensaje de la Renuncia.

José González Muñoz
Octubre de 2010

 

VOLVER


E-mail: info@santiagobovisio.com